En apenas tres meses, y gracias a su creatividad y su buen hacer, se han situado entre las grandes aperturas del año, y esta semana ponen en marcha sus noches temáticas de cocinas del mundo.

 

¿Cuál es la receta del éxito en una ciudad como Sevilla? ¿Qué hay que hacer para dar con la tecla y enganchar al público? Ojalá pudiéramos responder a estas preguntas. Lo que es seguro es que hay una serie de parámetros que deben cumplirse para, por lo menos, aspirar al éxito. Chiripa es sinónimo de casualidad, de serendipia, que en román paladino viene a significar hallazgo valioso o, como en su día planteaba una conocida marca de coches, ir a buscar algo y encontrar algo mejor.  Esto viene como anillo al dedo.

Burrata, recomendación fuera de carta. Foto: Cosas de Comé

Burrata, recomendación fuera de carta. Foto: Cosas de Comé

Porque nuestro rasero para medir esto o aquello aparece siempre condicionado por las expectativas, y cuando algo es nuevo las expectativas son un misterio. En Chiripa, todos los que forman parte del negocio se afanan en hacerte sentir bien. Sin más. Si a esto se le suman tapas y platos ricos y originales, una carta de vinos muy por encima de lo esperado y un trato cercano, amable y educado, solo queda meterlo todo en una coctelera y agitar. Debe saber bien seguro.

Gerardo Vega, el chef. Foto: Cosas de Comé

Gerardo Vega, el chef. Foto: Cosas de Comé

La máxima que podríamos aplicar en esta casa es que la unión hace la fuerza. Porque Chiripa es un negocio cien por cien familiar que nació así, de chiripa. Era su momento. Al frente, Cristóbal Alvear y Amparo Jiménez, con sus hijos arrimando el hombro y peleando con una sonrisa, sin duda una de las claves de la buena marcha del establecimiento. Y como compañero de viaje, uno de los cocineros mexicanos más talentosos de la ciudad: Gerardo Vega, que tras casi 20 años en Sevilla y después de haber pasado por sitios como la Hacienda Benazuza, La Basílica o Tribeca tiene el corazón dividido entre ambas patrias. No se sabe bien si uno buscó al otro o viceversa, o si estaban predestinados a unirse en esta bonita aventura.

Buñuelos de bacalao y tinta de calamar. Foto: Cosas de Comé

Buñuelos de bacalao y tinta de calamar. Foto: Cosas de Comé

El resultado, un híbrido entre bar y restaurante donde ya sea para tapear o para comer es obligatorio dejarse aconsejar. La cocina de Gerardo podría denominarse como Mexi-Terránea, por aquello de la base y las influencias, pero si esperan encontrar las típicas cosas propias de un TexMex olvídense. Aquí, lo mexicano es mexicano, igual que si estuviéramos en México, y lo realmente sorprendente es cómo su simbiosis con la cocina española da como resultado platos realmente conseguidos donde todas las piezas encajan a la perfección, mejorándolos y aportándoles ese toque que no deja indiferente. Para muestra, su ensalada con langostinos y mole o sus nachos, que son de los de verdad.

La sala de Chiripa. Foto: Cosas de Comé

La sala de Chiripa. Foto: Cosas de Comé

El apartado mediterráneo ofrece cosas como los buñuelos de bacalao en tempura negra y alioli de azafrán (6 euros media ración), ligeros y sobre una agradable parmentier de patata; la burrata con salsa putanesca y tomate (10 euros), una sugerencia fuera de carta que entra por los ojos por su cuidada puesta en escena; o una de las joyas de la corona: su chuletón con pimientos del piquillo confitados y patatas fritas (30 euros), donde la calidad extrema de la carne se adivina al primer bocado, y que, por cierto, les distribuye Ostreasur, uno de los mejores de España en estas lides. Otro de sus puntos fuertes son los vinos, con una carta elaborada con mimo por el propio Cristóbal, donde conviven tanto etiquetas tradicionales, para quien no quiera arriesgar, como vinos menos comerciales. Nuestro consejo: arriesguen, sin duda, con un vinazo como Finca de los Locos, de Bodegas Artuke, o con cualquiera de sus generosos de Montilla-Moriles…

Chuletón con patatas y pimientos confitados. Foto: Cosas de Comé

Chuletón con patatas y pimientos confitados. Foto: Cosas de Comé

Y traspasando lo mexicano y lo mediterráneo, cocinas del mundo. Sus recién estrenadas noches temáticas van a convertir Chiripa en una Torre de Babel gastronómica: los miércoles, como no podía ser de otra forma, noche mexicana, donde Gerardo amenaza con dar rienda suelta a sus orígenes preparando cosas tan inusuales por aquí como el aguachile, el mole, los nopales y platillos con chile habanero; y los jueves, japo, con makis, uramakis, niguiris y alguna que otra sorpresa. Pero esto no queda aquí, porque en breve arrancarán los martes de cocina marroquí… Tres continentes en tres días. Y todo esto con creatividad, ingenio y esfuerzo, mucho esfuerzo. Aquí nada es por chiripa.

Horarios, localización, teléfono y más datos de Chiripa, aquí.

Tarta casera de queso. Foto: Cosas de Comé

Tarta casera de queso. Foto: Cosas de Comé

 

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