La confitería Galvez la puso en marcha en 1973 José Galvez Nuño, panadero de profesión y que decidió poner negocio propio de pastelería. Ahora es su hijo Francisco José, que le acompañó en el negocio desde 1984, cuando terminó la mili, el que regenta el establecimiento junto a su esposa Victoria Martinez, que se ocupa de la atención al público.

El despacho tiene decoración funcional y está situado junto al obrador. Tienen dulces finos entre los que destacan los pitisus y los cucuruchos de hojaldres, ambos rellenos con una crema pastelera que elaboran ellos mismos. Además es muy conocida su tarta de bizcocho rellena de crema y chocolate y luego cubierta de merengue. De todos modos lo más conseguido del establecimiento es la bollería que ya hacia José y cuyas fórmulas mantiene intactas su hijo. El cortadillo de la casa es exquisito además de unos suaves barquitos de hojaldre y bizcocho y las magdalenas, de pequeño tamaño. En Navidad Roscones de Reyes de sabores variados.