El bisabuelo de José Antonio Alvez Rodriguez, actual gerente y cuarta generación de los Alvez en la hostelería, ya se dedicaba a la hostelería. Sería su hijo Manuel Alvez el que puso en marcha la actual Venta Bobito en el año 1939 junto a Jacinta Moreno, su mujer que se ocupaba de la cocina. Luego le sucederían Antonio Alvez y Angelita Rodriguez en la cocina y en la actualidad José Antonio con su esposa, Manuela Del Bot, al frente de los fogones.
El sitio tiene encanto. Detrás de la barra hay una amplia colección de latas y botellas de cerveza que inició Antonio Alvez. José Antonio señala que no las pueden poner todas porque los clientes no paran de traerles nuevos ejemplares. El local, decorado en ambiente rústico tiene una terraza a la entrada y un amplio salón que comparte espacio con la barra. Luego, en el interior dos salones más para celebraciones y otra terraza, por lo que pueden dar celebraciones para más de 300 personas. Uno de los fuertes del establecimiento son los desayunos, con varios tipos de pan y una pringrá y una carne mechá que hacen ellos para ponerle dentro. Luego al mediodía tapeo y platos. Además del «bobito», el bocadillo de pringá, tienen fama en la casa el guiso de rabo de toro, la cazuela de tomate, patatas fritas y huevo, el menudo, la carrillada o las albóndigas de merluza. También conocido el solomillo «bobito» con una cama de patatas panadera sobre la que se coloca un solomillo al güisqui decorado con queso rulo de cabra. De postre tarta de galletas, leche frita, poleá o mantas doblás, un dulce típico de la localidad. Han ganado varios concursos de tapas en la localidad. También preparan sus platos para llevar.
El bobito
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