La familia Gavira, artífices del éxito de las confiterías Lola, celebra los cincuenta años de vida del negocio inaugurando un nuevo despacho de dulces en la calle Bailén, el primero en el centro de Sevilla, que se une a los existentes en Triana y Mairena del Aljarafe

 

Hay profesiones que cobran sentido gracias a una sonrisa. La de pastelero es una de ellas. Es tremendamente sacrificada, pero tiene que ser muy satisfactorio ver a diario cómo tu trabajo hace felices a los demás. Porque no hay nadie que salga triste de una confitería. La familia Gavira es toda una saga, probablemente la más numerosa dentro del gremio en Andalucía, pues se reparten, entre hermanos y primos, pastelerías, obradores y despachos de media Sevilla, Mairena, Camas, Pilas o Bollullos del Condado. Doce familias dedicadas en cuerpo y alma al dulce.

José Gavira Vera, en el obrador de la calle Dolores León. Foto: Cosas de Comé

José Gavira Vera, en el obrador de la calle Dolores León. Foto: Cosas de Comé

Repasando la historia de la saga sabemos que Rafael Gavira Blanco funda Confiterías Lola hace 50 años, y que lo hace gracias a la sabiduría y las enseñanzas heredadas de su padre, que mucho antes se había iniciado en esto bajo la marca “Confitería José Gavira”. En su honor, Rafael decide llamar José a su hijo, y este, José Gavira Vera, y sus hermanos, Luis y Manolo, son las cabezas visibles de este exitoso negocio, que se llama Lola por la mujer de Rafael y madre de los tres hermanos.

Cruasanes recién hechos en el obrador. Foto: Cosas de Comé

Cruasanes recién hechos en el obrador. Foto: Cosas de Comé

José cuenta que aquí las cosas de hacen como se han hecho siempre: sin prisas. Dedicándole paciencia y cariño a partes iguales. Esto mismo aplican, con buen criterio, en su política de expansión comercial, porque tras el despacho que acaban de abrir en la calle Bailén no tienen intención de montar otro a corto plazo. Eso sí, cuando lo hagan, es seguro a ciencia cierta que no será una franquicia, porque, como explican, se perdería la esencia y el alma de esta casa.

Despacho de la calle Bailén, la nueva apertura. Foto: Cosas de Comé

Despacho de la calle Bailén, la nueva apertura. Foto: Cosas de Comé

El éxito de Lola tiene adn trianero, porque allí es donde se encuentra el obrador, en la calle Dolores León. Encima del obrador nació José, y muy cerca llegaron los despachos de Alvar Núñez y de Pagés del Corro. Allende las fronteras de Triana se encuentran el despacho de la plaza Manuel Benítez Carrasco, en el Tiro de Línea, y los citados del centro de Sevilla y Mairena del Aljarafe. Pero los tres hermanos Gavira Vera no están solos, porque sus hijos trabajan codo con codo con ellos, e incluso la cuarta generación asoma la patita por algún despacho. En total, cerca de 25 empleados en los seis establecimientos.

Bombones caseros, otra de las especialidades. Foto: Cosas de Comé

Bombones caseros, otra de las especialidades. Foto: Cosas de Comé

Pero, ¿cuál es la razón del éxito de Lola? Pues la artesanía, la tradición… y la nata. Aseguran que no hay otra igual, y con ella se preparan desde pasteles hasta tartas, sin olvidarnos de sus conocidos roscones de Reyes, sus pestiños y sus torrijas. Si José tiene que mojarse se queda con los petisús y los palitos de nata, aunque es difícil elegir teniendo en cuenta que son más de 30 las variedades que elaboran. Y como en la vida nunca se deja de aprender, nos cuenta que acaba de llegar de SIGEP, la feria de pastelería más importante de Europa, que se celebra en la ciudad italiana de Rímini, donde ha estado cogiendo ideas y viendo cómo trabajan en el resto de países del mundo. Quién sabe, igual es el comienzo de la expansión internacional de Lola.

Nota de octubre de 2020: El establecimiento de la calle Bailén ha cerrado.

Horarios, localización, teléfono y más datos de las confiterías Lola, aquí.

Bandeja de pasteles de Lola. Foto: Cosas de Comé

Bandeja de pasteles de Lola. Foto: Cosas de Comé

 

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