Antonio Giraldez y Mari Cardeñosa pusieron en marcha su establecimiento el 14 de febrero de 2003. Se asentaban en el antiguo bar Ojeda que existía desde el año 1967 y que ya era famoso por sus churros. De hecho ellos siguen utilizando la receta del bar Ojeda.
El local tiene barra y un salón comedor con una decena de mesas. Junto a él un despacho para los churros que también se pueden comprar para llevar. Las paredes están decoradas con pinturas realizadas por el propio Antonio Giraldez con imágenes de vírgenes y cristos y paisajes de Osuna. En lo gastronómico oferta variada y de calidad. A los churros, que se pueden tomar con chocolate, unen también las «rebanás», un desayuno típico de Osuna que consiste en tiras de pan de pueblo fritas en aceite. Luego se aderezan con chocolate o azúcar. También molletes de Antequera que se pueden rellenar con aceite, jamón, queso o chacinas ibéricas.
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