El chef sevillano, discípulo Martín Berasategi, David Arellano abre su primer restaurante en la provincia de Sevilla bajo el mismo concepto gastronómico que sus establecimientos en el País Vasco.

 

Al chef sevillano David Arellano le van los retos. Alumno aventajado del amichelinado Martín Berategui, no se lo pensó dos veces en dejar su Aznalcollar natal para desarrollar una carrera profesional en el País Vasco. Actualmente, no contento con poseer a sus 28 años tres restaurantes de éxito en San Sebastián, ha decidido dar un paso más: trasladar su concepto gastronómico hasta Sevilla. Damadá (Antiguo y Gros) y Nómada son los nombres de los establecimientos de Arellano en Donosti. Los regenta junto a su esposa, la maitre Mariana Morán, a quien conoció en el restaurante Lasarte.

Marina Morán y David Arellano regentan este nuevo establecimiento de Tomares. Foto cedida por Damadá

Marina Morán y David Arellano regentan este nuevo establecimiento de Tomares. Foto cedida por Damadá

Ambos han emprendido juntos el camino hasta Tomares donde el pasado 27 de agosto inauguraron Damadá Aljarafe. Allí desarrollan lo que defienden como “una alta cocina honesta, cercana y local” que tiene muchas similitudes con la que elaboran en San Sebastián. “Aunque aquí potenciamos los toques andaluces”, puntualiza el chef y propietario. Así, la carta del restaurante aljarafeño comparte el cincuenta por ciento de los platos con sus hermanos mayores donostiarras “y el resto es un guiño a la zona, al sur, a sus pescados, carnes y mariscos”. De esta forma, en la oferta gastronómica de Damadá Aljarafe conviven sugerencias innovadoras como una yema de huevo confitada a baja temperatura, con almejas a la vasca y otras propuestas del norte, terminando con productos de la zona como la ventresca de atún rojo de almadraba de Gadira o pescados frescos de lonjas cercanas.

Damadá es una oda a la cocina de producto, cuidado y respetado. Foto cedida por el establecimiento

Damadá es una oda a la cocina de producto, cuidado y respetado. Foto cedida por el establecimiento

Por su parte, Mariana Morán ha diseñado una variada carta de vinos, de los que quince se pueden servir por copas. “Buscamos que nuestros clientes puedan probar muchas cosas distintas. La versatilidad ante todo”, comenta David Arellano.

Al igual que en sus establecimientos de San Sebastián, la decoración del Damadá Aljarafeño es neutra y fresca con preponderancia del color blanco. El espacio cuenta con un salón interior de unos 150 metros y una amplia terraza con una zona techada y capacidad para una veintena de mesas que, según declara el chef y propietario, “puede suponer un atractivo añadido” a la oferta del restaurante. Aunque el principal reclamo de los restaurantes de Arellano y Morán siempre es el producto “porque lo respetamos muchísimo y buscamos siempre lo mejor”. Una tarea que a partir de ahora realizarán desde la provincia de Sevilla donde han decidido asentarse coordinando sus equipos del norte en constantes idas y venidas. “Nos hace mucha ilusión acercar a nuestra tierra todo lo que hacemos”, concluye Arellano.

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