Tras cinco años como chef del grupo Ovejas Negras, Santi Temblador crea su propio establecimiento de tapas desenfadas que, pese tener una base clásica, siempre sorprenden. Su ensaladilla de gambones con crema de huevo frito o el hotdog de chistorra al vino son un ejemplo de ello.

 

El jerezano Santi Temblador es un hombre hecho a sí mismo. Autodidacta en el arte de los fogones y con más de dos décadas de experiencia profesional, tras cinco años como chef del grupo Ovejas Negras ha puesto en marcha su propio establecimiento al que ha bautizado como El Cuelgue Tapas. En él aúna sus dos grandes pasiones: cocina, de la que se encarga, y rap, que ha servido de fuente de inspiración para parte de la decoración del local. «El Cuelgue es un nombre que define muy bien mi locura, tanto en lo gastronómico como en lo musical», afirma Temblador.

Interior del local ubicado en el número 2 de la calle Valle. Foto cedida por el establecimiento

Interior del local ubicado en el número 2 de la calle Valle. Foto cedida por el establecimiento

Así, el establecimiento, ubicado en el número 2 de la calle Valle, próximo a la Puerta Osario, defiende un concepto culinario íntimamente ligado a la esencia de su creador. «Es un sitio de tapeo de base tradicional aunque con toques de comida callejera cuidada, lo que yo llamo ‘Fine Street Food’. Algo desenfadado y sorprendente. Pero siempre con la calidad por bandera», sentencia el chef.

Chicharrón de Cádiz con puré de boniato y lima. Foto cedida por el establecimiento

Chicharrón de Cádiz con puré de boniato y lima. Foto cedida por el establecimiento

Siguiendo esta filosofía, El Cuelgue Tapas cuenta con una carta con una veintena de platos. Para empezar, Temblador propone chicharrón de Cádiz con puré de boniato y lima, alcachofa confitada con bechamel de setas o ensaladilla de gambones con crema de huevo frito, entre otros entrantes. Este último, revela el chef, se ha convertido en una de sus tapas estrella. Asimismo, el grueso de la carta de El Cuelgue se centra en unos montaditos que no lo son tales sino que siempre cuentan con un giro de innovación. También cuenta con dos opciones para compatir: tataki de atún y costillar ibérico. En la categoría de montaditos destacan, según Temblador, el de pringá de pato en un brioche con mayo de lima y cilantro, el de atún en tartar sobre pan bao con mayo de kimchi, o el ‘hotdog de aquí’ en pan panetti artesano y chistorra al vino con cebolla en dos texturas. «Todo ello a precios asequibles para hacer llegar una buena gastronomía a todos los públicos», manifiesta el chef y propietario.

El 'hotdog de aquí' en pan panetti artesano y chistorra al vino con cebolla en dos texturas. Foto cedida por el establecimiento

El ‘hotdog de aquí’ en pan panetti artesano y chistorra al vino con cebolla en dos texturas. Foto cedida por el establecimiento

A nivel estético y decorativo, las reminiscencias al rap son constantes en un local que mezcla un interiorismo de plantas colgantes y tendencias actuales con micros o neones raperos. El espacio tiene una capacidad para una veintena de comensales en el interior, distribuidos en mesas altas y taburetes, y seis en la coqueta terraza ubicada en un callejón propio.

Callejón con encanto en el exterior. Foto cedida por el establecimiento

Callejón con encanto en el exterior. Foto cedida por el establecimiento

Horarios, localización, teléfono y más datos de El Cuelgue Tapas, aquí.

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