Desde que las creara para una iniciativa solidaria al inicio de 2020, el bar Calvillo de Gerena mantiene en su carta más de doce redondas y abechameladas elaboraciones a cual más original.

De las clásicas de jamón o puchero, pasando por las innovadoras creaciones de carabineros, serranito de lomo, merluza en salsa verde, pollo a la barbacoa o solomillo al whisky, sin dejar de lado combinaciones como las de chistorras y huevos fritos o calabacín, trufa y parmesano. Y, en el podium de las más demandadas, las de carrillada y queso de cabra, setas y trufas o cola de toro. Todas ellas conforman la peculiar oferta gastronómica de aproximadamente una docena de croquetas que el bar Calvillo de Gerena incluye en su carta. Una aventura abechamelada que nació antes del fin de año de 2019, cuando el establecimiento gerenense participó en unas campanadas solidarias en las que en lugar de uvas los ciudadanos tomaban croquetas. «Fue una experiencia simpática y las nuestras tuvieron buena acogida, por lo que decimos mantenerlas», comenta Roberto Camero, perteneciente a la tercera generación del bar Calvillo.

Desde entonces, las croquetas se han convertido en uno de los principales reclamos del establecimiento. «Sobre todo porque se nota que son caseras, con su forma redondita, la cremosidad de la bechamel y la calidad de los ingredientes», manifiesta Camero. Estas creaciones abechameladas del bar Calvillo se sirven en formato tapa( que incluye tres unidades del mismo tipo), ración (seis también iguales) y los surtidos que se componen de ocho croquetas de distinto tipo.

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Quiero probar los distintos sabores de un jamón
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