Begoña Barquín y José Juan de La Chica abrieron el establecimiento en el año 2007. Ella se encarga de atender a los clientes y él de la cocina. (aquí la historia del sitio).
El restaurante tiene encanto y está formado por hasta cinco pequeños comedores, más la zona de barra, en total capacidad para unos 100 comensales. Los salones están decorados con pinturas, realizadas por el propio De La Chica en un ambiente de casa antigua. Las mesas están vestidas con unos vistosos manteles y las servilletas son de tela. Servicio cuidado. En lo gastronómico, tapas y platos con un estilo clásico pero bastante personal. Destacan especialidades como los gambones al ajillo. las empanadillas de perdiz. el cochinillo, el cordero o las alcachofas. además de los arroces. Admiten reservas. La carta es única para todo el local con algunas tapas, pero sobre todo platos en una carta bastante amplia. Postres de elaboración propia y bodega con amplia presencia de Jereces.
Precio: Entre 30 y 40 euros
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