El famoso establecimiento de comida preparada de Bormujos, dirigido por Juan Antonio Moreno Carretero, ha logrado crear un nuevo modelo de tienda gastronómica característico de la provincia de Sevilla. El establecimiento llega a vender en un fin de semana hasta 3000 tortillas de patatas y 250 kilos de ensaladilla

Aquí la receta de la famosa tortilla de patatas de Kilómetro 1

 

Los números son más que llamativos. En un fin de semana en esta tienda de comida preparada situada en el centro de Bormujos se pueden llegar a cortar 6000 kilos de patatas y cascar hasta 18.000 huevos para hacer las 3000 tortillas que pueden llegar a preparar entre el sábado y el domingo, los días estrella de ventas. Cada vez que Juan Antonio Moreno Carretero, hijo de José Antonio y de Felisa, 44 años y propietario del establecimiento, hace un pedido de sartenes, solicita que le lleven 2000 unidades. La vida de una sartén antiadherente en el establecimiento no va más allá de dos semanas, según destaca este hombre, tremendamente discreto, que ha logrado crear en Sevilla un tipo de tienda característica de la provincia, las de tortillas, que ya se extienden por muchas poblaciones, especialmente en el área metropolitana de Sevilla y en El Aljarafe.

No cabe duda de que Kilómetro 1, que comenzó a funcionar como tienda de comida preparada en el año 2003 ha hecho historia y seguro que es un fenómeno que se estudiará en los foros universitarios donde se analiza el éxito empresarial y la capacidad de crear. Juan Antonio comenzó con 4 personas en su establecimiento y hoy en día son 25 los trabajadores, todos con contrato indefinido y que se reparten en las dos plantas del comercio situado en la calle Ramón y Cajal de Bormujos.

Así son las vitrinas donde se exponen y se venden los platos preparados de Kilémtro 1. Foto: Cedida por el establecimiento.

Considera que el éxito de su trabajo «está en el equipo con el que cuento, en la capacidad de organización y también en la fidelidad de nuestros clientes que nos siguen y vienen hasta aqui a comprar a pesar de que haya largas colas». Hasta 8 lineas de teléfono y cuatro personas atentas a él se encargan de recoger los pedidos. Tienen más de 80.000 clientes registrados. La época de mayor movimiento va desde que comienza la Semana Santa y hasta que terminan todas las ferias que se van desarollando a lo largo de la provincia. Una excepción, El Rocío, el volumen de pedidos que acumalaban los primeros años «hicieron que al final terminaramos por cerrar esos días porque la presión era insoportable y además me gusta disfrutar de la Romería.»

El escaparate de su tienda, dos grandes vitrinas espectacularmente limpias y brillantes, contienen grandes bandejas de las especialidades de la casa, hasta una treintena de guisos, aliños y frituras, todo de cocina tradicional, además de las tortillas de patatas. Más número de impresión. De la ensaladilla, uno de los platos estrella, se pueden llegar a consumir entre un sábado y un domingo unos 250 kilos y de solomillo al whisky, otra de las especialidades más demandadas, 300. Llegan a empanar hasta 400 kilos de filetes de pollo, otro de los productos más demandados de la casa.

El solomillo al whisky, uno de los platos más demandados. Foto: Cedida por Kilómetro 1.

Juan Antonio Moreno destaca «que todos los platos los hacemos nosotros y cada semana empezamos de 0. Las salsas se hacen aqui, las croquetas o incluso los empanados. Algunos platos como la ensaladilla se hacen a diario para que estén lo más frescos posibles». Este empresario de Bormujos destaca «que utilizamos buena materia prima porque creemos que es fundamental para el resultado final. Para hacer las tortillas se utiliza huevos frescos, porque se nota en el sabor final pero eso nos lleva a extremar las medidas sanitarias, la limpieza y la organización en el trabajo. Aplico a rajatabla las enseñanzas de mi madre: orden, meticulosidad y pulcritud en la cocina, esas son las claves».

Servidor de la Virgen de Las Nieves, una hermandad con mucha devoción en Bormujos, las imágenes de varias dolorosas se reparten por el despacho de su tienda: «Son regalos de las hermandades con las que solemos colaborar y que nos las regalaron como muestra de agradecimiento».

En una columna, casi a la entrada de la tienda una foto de sus padres, por los que siente verdadera devoción. Destaca que ellos le enseñaron mucho y que su padre fue su profesor cuando decidió poner en marcha su negocio propio.

Felisa Carretero, la creadora de las tortillas de Kilómetro 1 junto a su marido José Antonio Moreno, que puso en marcha el bar. Foto: Cedida por Kilómetro 1

La historia de Kilómetro Uno comienza en 1971. José Antonio Moreno, natural de Bormujos y Felisa Carretero, de Aracena (Huelva) deciden volverse de Cataluña a donde habían emigrado para buscarse las papas. Habían trabajado en hostelería y pensaron en poner algo propio en el pueblo natal de él. Encontraron una parcela en la avenida de Mairena y allí montaron su establecimiento que abrió el 17 de julio de 1975. Le pusieron Kilómetro 1 en homenaje a un bar en el que había trabajado José Antonio y donde aprendió mucho de su oficio. Ofrecian desayunos, comidas, tapeo y menú del día. Las tortillas que hacia Felisa comenzaron a destacar y los clientes, además de comerlas en el local, las encargaban para sus celebraciones o simplemente para disfrutarlas en casa. La cosa fue tan bien que terminaron por poner en el bar un apartado en el que había una freiduría de pescados y también se vendian las tortillas para llevar.

Así era el bar Kilómetro 1 que pusieron en marcha los padres de Juan Antonio en la avenida de Mairena de Bormujos . Foto: Cedida por Kilómetro 1

Juan Antonio empezó a trabajar desde muy pequeño. Cree que tendría 8 o 9 años cuando empezó a poner desayunos en «El Tubo» otro bar que tenían sus padres y que estaba especializado en desayunos, pero la cabeza de Juan Antonio empezó a elucubrar y pensó que aquellas tortillas de su madre podrían ir de maravilla para el negocio que tenía en su cabeza. Por entonces las tiendas de comida preparada eran algo minoritario. Había asadores de pollos, freidurías de pescado y poco más. Estudió todo el bachiller, pero ya luego no siguió porque se centró en los establecimientos de la familia.

Tras consultar con sus padres en el año 2003 y con tan sólo 26 años, Juan Antonio alquila un local, que luego ha ampliado y comprado, en la calle Ramón y Cajal y pone en marcha su tienda de comidas preparadas, con las tortillas de su madre como estrella. El éxito fue arrollador y durante estos 18 años el negocio no ha hecho más que crecer. Han quintuplicado el número de empleados «pero hemos intentado mantener la esencia. Los guisos que tenemos siguen siendo casi los mismos que entonces. Son las recetas de mi madre que hemos ido conservando durante todos estos años». La oferta no la cambian ni si quiera en Navidades «porque de lo contrario cambiaría nuestra dinámica de trabajo que está muy desarrollada. La mayoría de nuestros trabajadores llevan mucho tiempo con nosotros. Algunos desde que abrimos y cada uno conoce muy bien su función. Los cambios intentamos que sean mínimos, tan solo por mejorar nuestra atención al público».

Vista exterior de Kilómetro 1 comidas preparadas. Foto: Cosasdecome

Varios miembros de la plantilla de Kilómetro 1 muestran las famosas cajas donde se venden las tortillas. Foto: Cosasdecome

De hecho los dos últimos guisos que han incorporado, un bacalao en tomate y un atún encebollado, se empezaron a hacer hace dos años y, desde entonces no ha habido ninguna novedad.

Los precios, son otra de las claves de la oferta. Llevarse comida para 4 personas de la tienda puede salir por unos 12 euros.

Juan Antonio es una persona muy reconocida en su sector, en el que existen ya más de una treintena de tiendas que centran su oferta en las tortillas de patatas. Todos reconocen su maestría y que son el espejo a seguir. «El fue el que inventó esto, es el rey» señala otro acreditado empresario. Señala que ha recibido «muchas ofertas para montar franquicias, para abrir en otros sitios, para asociarme…pero hemos preferido mantenernos como estamos, mantener nuestra filosofía, porque esto es lo que gusta a nuestros clientes y nos debemos a ellos, no los podemos defraudar».

Cola de público para comprar en Kilómetro 1 captada el pasado sábado 13 de febrero al mediodía. Foto: Cedida por el establecimiento

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