Los pasteleros Raquel Silva y Jesús Hernández ponen en marcha en Sanlúcar La Mayor La Gloria, un obrador de pastelería con el objeto de recuperar dulces antiguos de la zona que combinan con bollería artesanal, tartas y dulces finos, todo realizado sin ingredientes artificiales

 

Manuel Hernández Palomo triunfaba en la primera mitad del siglo XX con sus dulces en la pastelería La Gloria de Sanlúcar La Mayor. Tanto era así que en el pueblo se le conocía como «Manolito el de La Gloria» y todavía a su familia le dicen «los de La Gloria» a pesar de que ya hace 60 años que el establecimiento cerró.

Pero el 15 de febrero de 2019 La Gloria recusitó en Sanlúcar, en la calle Pinta, en un pequeño obrador de 50 metros cuadrados que ha puesto en marcha su sobrino nieto, Jesús Hernández Ortiza y Raquel Silva Alvarez, su esposa.

La historia de esta pareja de Sanlúcar La Mayor no está ni obligada por la crisis, ni forzada por las circunstancias, sino por la vocación, una ilusión que les llevó incluso a dejar sus trabajos para poner en marcha su proyecto:  una pastelería que recuperara esta actividad en la población donde viven y en la que ya no quedaba abierta al público ninguna confitería artesanal, una actividad que han recuperado, según indican.

Jesús y Raquel. Foto: Cedida por La Gloria

Jesús Hernández  y Raquel Silva. Foto: Cedida por La Gloria

En La Gloria manda la tradición y la artesanía, tanto que por la puerta del establecimento no entra ni un colorante ni un conservante que no sea natural. Hacen los dulces «a la manera de siempre, como nos enseñaron nuestras familias» indica Jesús, un enamorado del mundo azucarado tanto que cuando era pequeño se ponía muchas veces junto a su madre cuando esta elaboraba los dulces para la merienda.

Raquel, que tiene 39 años, frente a los 38 de Jesús. Ha ejercido incluso de repostera en un restaurante y es, además, cortadora profesional de jamones. Entre los dos elaboran los productos. Ella se ocupa de la «pastelería fina» es decir los milhojas, las cremas, las tartas, los palos de nata o los «San Marcos» mientras que él se ocupa de los dulces tradicionales como bizcochos, empanadillas o la torta sanluqueña, el dulce característico del pueblo.

Las empanadillas rellenas de cidra. También las elaboran rellenas de flan. Foto: Cosasdecome

Las empanadillas rellenas de cidra. También las elaboran rellenas de flan. Foto: Cosasdecome

Una de las ideas de la pastelería es ir recuperando el recetario tradicional de dulces de la zona. Ya están elaborando las tortas sanluqueñas elaboradas con harina tostada, manteca y azúcar y que se aromatizan con canela. También elaboran tortas de polvorón con una masa parecida a la que se le agrega azúcar fina por encima.

Mención aparte merecen unas empanadillas que elaboran con una masa de aceite de oliva, vino blanco y un poco de azúcar. La masa se estira hasta que queda muy fina y se rellena con cidra. Una vez cerradas las empanadillas se frien y se espolvorean de azúcar. En Cuaresma las han hecho también con varios rellenos como chocolate o incluso rellenas de flan.

Recetario de Cuaresma

En su primera Cuaresma también elaboraron rosquitos fritos, pestiños o torrijas. «Todas estas cosas las hacemos también por encargo, aunque normalmente si tenemos tortas de Sanlúcar, empanadillas de cidra o tortas de polvorón y en muchas ocasiones también elaboramos tortas de aceite que también son muy de la zona».

La idea de Jesús es «crear también un dulce característico de Sanlúcar La Mayor, un dulce que se pueda llevar como recuerdo del pueblo. En este sentido le está dando vueltas a unos pequeños dulces de mazapán».

El espectacular bizcocho. Foto: Cosasdecome

El espectacular bizcocho de La Gloria. Foto: Cosasdecome

Además están trabajando con receterios antiguos y familiares a la búsqueda de dulces. «Me ha prestado mucha ayuda mi madre, Dolores Ortiz, que me facilitado las recetas de muchos de los dulces antiguos que elaboramos».

En esta misma línea de recuperar sabores perdidos, elaboran magdalenas y también bizcochos, también sin ningún tipo de colorantes y conservantes. «Duran menos tiempo pero se gana mucho en sabor» destaca Jesús. Están muy contentos con la respuesta del público, sobre todo con unos bizcochos de grandes dimensiones, hasta tres kilos y que se pueden comprar solos o rellenos con chocolate, flan y recubiertos de una capa de mantequilla pastelera un ingrediente que cada día se utiliza menos en las pastelerías.

Precisamente una tarta muy tradicional, la de galletas con chocolate y flan se ha convertido en una de las insignias de la casa. Pero esta pareja de pasteleros son conscientes también de que hay que elaborar dulces para todos los gustos. Así elaboran también bollería como palmeras de hojaldre rellenas o berlinas rellenas de chocolate o de crema.

La pastelería fina también tiene un amplio apartado en el mostrador. De esta parte del negocio se ocupa especialmente Raquel. Destacan unos milhojas de tamaño generoso y rellenos con nata y crema pastelera. A su lado otro que elaboran con una crema de turrón. Los palos de nata, rellenos con una nata que hacen ellos mismos, tienen muchos seguidores al igual que un dulce que terminan con unos piñones y que lleva varias capas de bizcocho y cremas.

Palos de nata de La Gloria obrador de pastelería. Foto: Cedida por el establecimiento

Palos de nata de La Gloria obrador de pastelería. Foto: Cedida por el establecimiento

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