El establecimiento ofrece una cocina singular que combina guisos de toda la vida como la lengua en salsa, de sabor muy rebañable, con platos originales como unos boquerones rellenos acompañados de un alioli de hierbabuena o un bocadillo de ternera guisada
«El nombre del bar surgió casi porque se nos vino a la cabeza. Es bonito. Suena a felicidad y porque Constantina es un poco La Toscana de Sevilla, un paisaje muy agradable que te sugiere eso, felicidad». Lo dice Marcos Castellano, que, junto a Oscar Páez, regentan desde el año 2012 el bar La Toscana en el centro de Constantina.
El es bar diferente de la población, el que tiene la carta más original y donde se come bastante bien en una fórmula que combina clásicos serranos con platos con un punto creativo…pero sin pasarse. Por si fuera poco, tienen hasta buen precio. El sitio tiene cierto toque intimista, sobre todo si te ponen en el pequeño salón que hay al fondo, tras pasar la barra. Al sentarte te encienden una especie de luz de mesita de noche que sirve para darle cierta calidez a la estancia, decorada también de forma original combinando un viejo espejo de los que se ponían encima de los acaparadores con unos motivos vegetales en forma de macetas que se van repitiendo por la pared. Fuera una barra en forma de L, contrabarra, algunas mesas bajas con bancos de estilo industrial, dos pizarras con sugerencias de la casa y el nombre de La Toscana en un gran letrero. El sitio todavía conserva el suelo del bar de los suegros de Oscar, Virgen del Robledo, que estaba situado en el mismo local antes de que ellos se hicieran cargo del establecimiento. Fuera también hay terraza. En total pueden atender a unas 40 personas.
La cosa no puede empezar mejor. Nos pedimos una tapa de lengua en salsa (3,80 euros). Viene generosa, presentada en un plato modernito de forma ovalada. Pero dentro lo que hay es un clásico de los clásicos, un guiso de lengua de cerdo ibérico en salsa que obliga al pan de telera de la panadería Markipan de Constantina a emplearse a fondo. Como guarnición unas papas fritas, de las crujientitas por fuera. La obra es de la cocinera Rosario Reina, que lleva los fogones del establecimiento desde que abrieron en el año 2012. Rosario sigue al dedillo la receta de Ramona Sánchez que ya la servía cuando su marido, Emilio Páez regentaba el antiguo establecimiento.
La carne está tierna y la salsa es untuosa, aromatizada con un poquito de vino blanco. De ella también han heredado la receta de las gambas rebozadas, aunque cuando tienen este plato, que ponen en verano, las metes dentro de un bocadillo.
En la casa también se pueden probar otros guisos como una ternera con setas, carrillada en salsa, con receta en este caso de la madre de Marcos, Isabel Castellano, un pisto con huevo de codorniz o unas gambas al ajillo, además de frituras como unas tortillitas de bacalao.
Pero a esta carta de clásicos unen también una serie de platos más modernos. Un ejemplo de este lado creativo son unos apetecibles boquerones rellenos con jamón y pimiento verde. El pescado está jugoso y el empanado es más que correcto. La tapa, al igual que ocurre con la lengua, es generosa, tres buenos ejemplares (5 euros), pero si buenos están los boquerones, hay que prestar también atención a la guarnición, una bola, como las de helado, de unas papas alioli. La patata está muy picada, pero se notan los tropezones y lo más original es que para aromatizarlas, además del ajo, sustituyen el perejil por hierbabuena, lo que le da un toque muy original y, a la vez, interesante.
El pan es uno de los grandes protagonistas de la carta. Hay montaditos, pero la estrella de la casa son las tostas que elaboran con varios tipos de pan. Tienen una docena disponibles y van desde la de salmorejo y bacalao a una de pulpo a la gallega con queso viejo.
Pero quizás la elaboración panaera más conseguida de la carta es una especie de sandwich al estilo de los brioches ahora tan de moda en la hostelería sevillana. Lo elaboran con este tipo de pan, cortado en lonchas generosas. En su interior lleva un guiso de carne de ternera deshilachada, bastante jugosa y que se combina con una salsa de trufas y dos tipos de quesos. El bocado, que se sirve caliente, resulta jugoso y agradable.
En la carta también hay croquetas, mejillones rellenos, un milhojas de salmorejo u otro que se elabora con secreto ibérico, foie y queso.
Horarios, localización, teléfono y más datos de La Toscana, aquí.
…Y además
- Aquí más sitios para comer en Constantina
- Más sitios de cocina innovadora en la Sierra Norte, aquí
- Bocadillos que tienes que probar en la provincia de Sevilla.