Lo hace bajo una marca propia ‘La Venta’ que a corto-medio plazo también albergará otras de las especialidades de la casa como la manteca colorá o la carne mechá. La pringá, que también puede adquirirse in situ en el establecimiento, ya se encuentra en varias tiendas, abacerías y restaurantes de Sevilla.

 

La popular pringá de la Venta Bobito de Valencina de la Concepción inicia su expansión más allá de las fronteras del Aljarafe sevillano. El que es uno de los emblemas gastronómicos de este histórico establecimiento valencinero ya se comercializa como producto independiente, al margen de bobitos, roscas y montaditos en cuyo interior se consumía tradicionalmente. Así la familia Alvez, propietaria de la venta, ha comenzado a envasar su pringá y a ofertarla a particulares y hostelería de la provincia de Sevilla y alrededores. «Nuestros clientes nos han encargado desde siempre tarrinas para consumir en casa como comida para llevar. Pero hemos querido profesionalizarnos en ese sentido y llegar a más público» manifiesta Manoli Del Bot, propietaria del local junto a su marido, José Antonio Alvez.

La pringá de la Venta Bobito se envasa en dos tamaños diferentes. Foto: CosasDeComé

La pringá de la Venta Bobito se envasa en dos tamaños diferentes. Foto: CosasDeComé

Para ello han creado la marca ‘La Venta’ bajo la que han lanzado dos tamaños distintos de pringá: de un kilo y de medio. Ambos, según explica del Bot, «siguen exactamente la misma receta que ponemos en el bar, con los mismos ingredientes tradicionales y sin conservantes de ningún tipo». Los dos envases pueden adquirirse tanto en formato refrigerado, con una caducidad de 20 días, como congelado, de seis meses. «Además de en nuestra venta, ya pueden encontrarse en algunas tiendas y abacerías de la provincia de Sevilla», desvela Manoli del Bot quien puntualiza que varios restaurantes sevillanos también utilizan sus tarrinas de pringá para desayunos y montaditos.

Los dos envases pueden adquirirse tanto en formato refrigerado, con una caducidad de 20 días, como congelado, de seis meses. Foto: CosasDeComé

Los dos envases pueden adquirirse tanto en formato refrigerado, con una caducidad de 20 días, como congelado, de seis meses. Foto: CosasDeComé

Huelva y Madrid serán las próximas ciudades en las que la familia Alvez pretende introducir su pringá envasada. Paralelamente, los propietarios de la Venta Bobito ya trabajan para la inauguración en el mes de junio de una pequeña fábrica dedicada a la elaboración de productos para ‘La Venta’. Se emplazará en el local contigo a Bobito (avenida de Andalucía, 21A)  y en ella se contará con una cocina independiente dedicada en exclusiva a la elaboración de la pringá y de algunos de otros clásicos de los Alvez, como la manteca colorá y la carne mechá, para su posterior envasado. Con este espacio propio se pretende alcanzar una mayor autonomía en la elaboración de sus creaciones. Además se evitará la contaminación cruzada, lo que permitirá lanzar una línea de envasados aptos para todo tipos de personas con intolerancias.

Más sobre la pringá de la Venta Bobito, aquí.

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