La churrería lebrijana Benita e hijos estrena una peculiar crema de dulce de leche para acompañar a su producto estrella. También las elabora con sabor a chocolate con leche, blanco y kinder bueno.

 

Que los churros ganan, y mucho, cuando se introducen en una buena taza de chocolate caliente es una verdad de carácter incuestionable. Pero también lo hacen cuando se combinan con determinados complementos y extras que le confieren un especial dulzor. Así lo consideran desde la familia González Vidal, propietarios de la churrería Benita e hijos de Lebrija, que sirven sus churros acompañados de unas pequeñas tarrinas de cremas que, además del tradicional chocolate con leche, incluyen sabores como chocolate blanco o Kinder Bueno. «Acabamos de introducir también el de dulce de leche, que está teniendo muy buena aceptación», explica Antonio González, uno de los propietarios que también tiene otro negocio de similares características en la localidad gaditana de Rota.

Tanto Antonio como el resto de su familia aprendió a elaborar los clásicos «churros gordos de rueda» con la receta de sus abuelos Juan González y Benita Vidal. Hace dos años, churrería Benita e hijos decidió darle un toque de color y novedad al negocio familiar y ofertar estos pequeños envases de salsas. «En un principio éramos nosotros mismos los que echábamos el chocolate por encima del churro a la hora de venderlo. Después nuestros clientes empezaron a demandarlos para servirse ellos mismos en casa».

Chocolate, kinder bueno, dulce de leche y chocolate blanco, los sabores que complementan a los churros de Benita e hijos. Foto cedida por el establecimiento.

Chocolate, kinder bueno, dulce de leche y chocolate blanco, los sabores que complementan a los churros de Benita e hijos. Foto cedida por el establecimiento.

Aunque las cremas para churros fueron concebidas inicialmente, según explica Antonio González, para un público infantil y juvenil, «pronto los adultos también empezaron a probarlas. Incluso hay veces que los mayores se llevan una de cada, para ir cambiando de sabor durante el desayuno» Aún así, existe una que aventaja a las demás en lo que a aceptación y demanda se refiere: la de kinder bueno.

Las tarrinas de cremas de la churrería Benita e hijos de Lebrija se cotizan a un euro la unidad. Los churros se venden por kilos en el puesto de la familia sito en la rotonda de Pedro Bacán, en las inmediaciones del restaurante Santa Brígida.

 

 

 

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