Inspirado en la típica taberna y despacho de vinos jerezano, los hermanos Carmona han dado vida a un pequeño establecimiento basado en chacinas, quesos y conservas de pequeños productores de la zona, vinos de Jerez y guisos tradicionales. Tienen la intención de albergar además una comunidad gastronómica y ya han comenzado con su primera programación de catas.

 

“Joven, formada en enología y al frente de un negocio con solo 25 años. Eres la mirla blanca”, sentenció Álvaro Carmona mientras miraba fijamente y con orgullo a su hermana Gloria. De este ejercicio de bautismo espontáneo, surgió el nombre del proyecto que Álvaro y Gloria Carmona llevaban tiempo barabuntando mentalmente. La fascinación de los dos hermanos por los típicos tabancos jerezanos, que aúnan el concepto de taberna con el despacho de vinos, les sirvió de inspiración. La experiencia en la hostelería de ambos, se convirtió en su mejor aval. Fue así como “en local más chiquitito y feo de Triana”, en palabras de Álvaro, los hermanos Carmona abrieron en febrero su establecimiento Mirla Blanca, concretamente en el local 3 del número 15 de la calle Esperanza de Triana. “Buscábamos sobre todo un espacio sencillo, sin pomposidad, que diera sensación de quietud para recuperar los sabores de siempre”, declara Álvaro Carmona.

Es por ello que los hermanos Carmona diseñaron una carta corta basada en productos de cercanía y de pequeños productores locales. “Nos fuimos a todas las ferias gastronómicas de la provincia para contactar con ellos”. Aunque en su oferta también cuentan con un lugar primordial los vinos, sobre los que Gloria Carmona asesora y aconseja in situ, los guisos tradicionales o cocina de patrimonio y las conservas. “Queremos llevar a la conserva a otro nivel, cocinando directamente con ella. Ya sea con un aliño exprés con navajas o berberechos al natural o con una sardina sobre una piriñaca a la que le damos con un soplete” También poseen una amplia oferta de tostas elaboradas con pan de masa madre del famoso panadero coriano Ángel Puchi. Entre ellas se encuentra, por ejemplo, una de rodajas de pulpo con humus casero y un toque de salsa espinaler o la de boquerones en vinagre con guacamole tuneado.

Por otra parte, como todo tabanco que se precie, la Mirla Blanca vende vinos a granel y todos los productos con los que se preparan sus elaboraciones , “ya sea pan, quesos, chacinas o conservas”. Además, los hermanos Carmona tienen en proyecto convertir el establecimiento en una comunidad gastronómica, “un punto de encuentro donde nuestros clientes se formen y participen, aprendiendo sobre vinos y alimentos de la zona” En esta línea, el establecimiento ya ha iniciado las primeras actividades de su programación. El próximo viernes, y durante todos los de verano, tendrá lugar el taller ‘La Almadraba de Triana’ donde el gestor de patrimonio Jesús Pozuelo realizará una explicación histórica sobre esta forma de pesca del atún. Ello irá acompañado de varios platos del túnido elaborado en distintos formatos.

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