La marca nazarena Picolé revoluciona el sector con una variante premium de sus picos de fermentación lenta y elaborados con harina de centeno.

 

Cansada de apelativos como «gourmet» o «premium» para distinguir un producto de alta calidad del resto, la empresa de Dos Hermanas Picolé ha querido patentar el suyo propio. Y lo ha hecho sin complejos, borrando de un plumazo aquellas connotaciones negativas asociadas a un adjetivo que habitualmente lleva implícita una elevada clase social «Nuestros Picos Pijos son para todos, no excluyen a nadie. Nosotros los entendemos como glamourosos porque son exquisitos y únicos, por eso los hemos bautizado así», explica Miguel Aguado, gerente de Picolé.

Los Picos Pijos de Picolé están elaborados con harina de centeno y aceite de oliva y sometidos a una fermentación lenta. Contienen además, según detalla Aguado, pequeñas burbujas de aire y un toque crujiente diferente. «Además vienen acompañadas por regañás de cristal infladas, todo dentro del mismo paquete».

Envase de 200 gramos de Picos Pijos. Foto cedida por Picolé.

Envase de 200 gramos de Picos Pijos. Foto cedida por Picolé.

En palabras del gerente de Picolé el grado de aceptación de estos Picos Pijos es tal que «en un año que tienen de vida han conquistado al ochenta por ciento de nuestra clientela habitual. Todo el que lo ha probado, se ha cambiado a la variedad pija de nuestra marca».

Esta modalidad de picos de la firma nazarena pueden adquirirse en formato de 20 gramos, especial para hostelería, o de 200, más común en grandes superficies.

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