Obando sigue creciendo y llevando sus picos y regañás desde Utrera a cada vez más rincones de España y de todo  el mundo. Este año 2018 lo acabarán sumando ya casi una veintena de mercados, entre los que este último ejercicio han incorporado territorios tan importantes como Estados Unidos y México y otros más exóticos como Lituania, Letonia o Singapur. Además, en este 2018 de su área de innovación han salido los picos sin gluten y una reforzada apuesta por sus cada vez más extendidos ‘airbags’.

 

La apuesta por los picos sin gluten aptos para celíacos es el resultado de meses de trabajo en el área de innovación de Obando. La proliferación de las alergias e intolerancias en los últimos tiempos y la necesaria adaptación de la hostelería a esta nueva tipología de clientes, había llevado a que numerosos propietarios de bares y restaurantes solicitaran este tipo de productos.

Picos sin gluten Obando. Foto cedida por la empresa

Picos sin gluten Obando. Foto cedida por la empresa

El proceso para lanzar cualquier alimento gluten free no es ni mucho menos sencillo ni breve, por lo que el pico sin gluten de Obando ha costado meses de investigación y pruebas y muchos trámites hasta lograr la certificación por la FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España), quien otorga el distintivo “Espiga Barrada”, tras auditar y constatar que los productos son realmente gluten free y que están elaborados siguiendo los estrictos controles de calidad de la asociación. El resultado es un pico de forma similar al colín, elaborado con los procesos habituales de amasado, fermentación, reposos y horneado que caracterizan a Obando, pero con algunos ingredientes diferenciales como la harina de arroz, almidón de maíz, fibras vegetales o aceite de oliva, entre otros. El pico sin gluten, sin lactosa y sin ninguno de los 14 alérgenos reconocidos se presenta en bolsitas de 20 gramos para hostelería y 80 gramos para alimentación y grandes superficies. Jaime Obando, director general de la empresa, nos cuenta  que está gustando tanto que le consta que lo consumen muchas personas que no son celíacas, llevados por esa macro tendencia healthy que nos invade en la actualidad.

Mini regañá Obando. Foto cedida por la empresa

Mini regañá Obando. Foto cedida por la empresa

Por su parte, la otra gran apuesta del año no es realmente un producto nuevo que se incorpore al catálogo,  sino más bien un relanzamiento. Se trata de la mini regañá suflada, que aunque lleva un par de años entre las referencias de Obando, sus últimos éxitos en la hostelería ha llevado a que se redoblen las apuestas por este singular bocadito al que muchos ya empiezan a apodar como ‘airbag’. El punto de partida es la mini regañá tradicional de Obando a base de harina, agua, sal y levadura a la que se le aplican unos determinados tiempos de fermentación y reposos y jugando con la temperatura y el tiempo de horneado, el producto se infla y se separan las 2 caras creando una pequeña cámara de aire en medio que convierte el bocado en doblemente crujiente. Aunque cumple a la perfección con la función de acompañamiento de las tapas, muchos cocineros la están usando de topping para el salmorejo o incluso los más creativos la están rellenando de cremas de queso o de vichyssoise. Estos curiosos airbags se pueden encontrar en bolsitas de 20 grs, para hostelería y 150 grs. o 320 grs. en el canal alimentación, tanto con sésamo como sin sésamo.

Sugerencia consumo mini regañá. Foto cedida por la empresa

Sugerencia consumo mini regañá. Foto cedida por la empresa

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