El establecimiento, situado en el Hotel Museo La Casona de Calderón, cuenta con la dirección gastronómica del conocido cocinero Rubén Sánchez Camacho, que triunfa ahora en Epílogo, en Tomelloso

 

Desde su nacimiento en 2008, el Hotel Museo La Casona de Calderón, una antigua casa solariega del siglo XVII rehabilitada como homenaje al pasado de la ciudad, adquirió tal protagonismo como hospedaje con encanto en Osuna que eclipsó la proyección del restaurante que en él se encontraba. La Morenita, que ese era el nombre del establecimiento, no llegó a encontrar su identidad propia, tal y como explica la propietaria de La Casona de Calderón, Elena Calderón. Ante ello, la empresaria ursaonesa ha querido hacer borrón y cuenta nueva con la propuesta gastronómica de su hotel, dando un giro hacia la alta cocina de calidad bajo el nombre de Oriba. Capitaneando este estreno, el reconocido cocinero Rubén Sánchez-Camacho, un cocinero nacido en Barakaldo pero que ha desarrollado su carrera en Castilla La Mancha. En concreto ahora triunfa como jefe de cocina en el restaurante Epílogo de Tomelloso, un sitio que está sonando mucho en el mundo gastronómico a pesar de que su proyecto se puso en marcha hace poco más de un año. Sánchez arrastra un currículum bastante interesante. Pasó por las cocinas de Las Rejas de Mariano de La Osa y llegó a formar parte del equipo español que participó en año 2014 en el famoso concurso internacional de cocina profesional Bocuse de Oro. Sus mayores éxitos le vinieron también en el restaurante El Bodegón, en Daimiel, que puso en marcha su familia y que llegó a tener 2 soles en la guía Repsol.

Sánchez-Camacho ha cocinado también en China, Italia, México o Rusia. En Oriba ejercer como director gastronómico. «Rubén Sánchez es el creador de nuestras cartas pero quien ejecuta y coordina la cocina es el chef Daniel Cascajosa, formado en Estepa», aclara Calderón.

El cocinero Daniel Cascajosa sigue entre fogones las directrices del maestro manchego. Foto cedida por el establecimiento

El cocinero Daniel Cascajosa sigue entre fogones las directrices del maestro manchego. Foto cedida por el establecimiento

Así, según explica su propietaria, Oriba escenifica entre sus fogones una vuelta «al origen, a la tierra, a los productos de proximidad de la zona pero tratados con técnicas de vanguardia». Bajo esta premisa, ofrecen al comensal dos tipos de carta, además de cuatro menús degustación. La primera carta, denominada como ‘Casual’, está compuesta por una veintena de propuestas en formato tapa tales como pulpo frito con mahonesa de wasabi y cebolla encurtida, hilos de ibérico marinados con salsa tzatziki y cebolleta o las costillas lacadas, de especial demanda entre los clientes. Bajo la denominación de ‘Carta Gastronómica’ se encuentra la carta al uso que se divide entre productos de la tierra, frituras, pescados, carnes ibéricas y especialidades de la casa entre las que destaca, tal y como revela Elena Calderón, el gazpacho Oriba.

Gazpacho Oriba, una vuelta al origen con productos de la tierra pero con un formato particular. Foto cedida por el establecimiento

Gazpacho Oriba, una vuelta al origen con productos de la tierra pero con un formato particular. Foto cedida por el establecimiento

Respecto a los cuatro menús degustación, que difieren entre sí en su precio y número de pases, las actuales circunstancias de la pandemia del coronavirus han hecho que Oriba los haya adaptado para que los clientes de Osuna interesados los puedan recoger en el restaurante. «Están teniendo mucho éxito en este formato para llevar», revela Calderón. Por último, Oriba presume de una carta de vinos corta pero exclusiva diseñada por Ramón Sánchez-Camacho, hermano de Rubén y presidente de la Asociación de Sumilleres de Castilla-La Mancha.

Las costillas lacadas gozan de gran demanda y aceptación entre los clientes. Foto cedida por el establecimiento

Las costillas lacadas gozan de gran demanda y aceptación entre los clientes. Foto cedida por el establecimiento

Propuestas de alta cocina que se alojan y degustan en dos salones y un patio de corte andaluz con pinceladas románticas, en la misma línea decorativa que predomina en el resto del Hotel Museo La Casona de Calderón. Un espacio con encanto , tranquilo y sosegado donde litografías explicativas y guiños a la historia de Osuna conviven con una cocina con personalidad propia.

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