Todo un emblema del bocadillismo sevillano y, a la par, una de las creaciones más originales de las que copan los rankings de imperdibles ‘metíos’ en pan de la ciudad. De primeras, su combinación resulta algo chocante y echa un pelín para atrás, todo sea dicho. ¿Un montadito de anchoas con leche condensada? Aunque las dudas se disipan al instante. Concretamente y tan solo darle el primer mordisco. Y es que lo salado de las anchoas gourmet de Santoña marida de mil amores con el dulzor sinigual de la leche condensada. Y el pequeño mollete que envuelve la composición resulta igualmente delicioso. El pan se termina de hacer en grill con un pequeño toque de tostador y se integra perfectamente en la composición final.
La experiencia se convierte en un deleite tal que dan ganas de repetir montadito una y otra vez. Casi de manera compulsiva.  Algo similar debió ocurrirle a uno de sus creadores, Rogelio Gómez, actual propietario de la Flor de Toranzo, cuando dio vida a esta fusión de anchoas con leche condensada casi por casualidad. Gómez era un enamorado de este concentrado lácteo que mezclaba casi con cualquier alimento que llegara a sus manos. Y las anchoas santoñesas que venían a casa del bar familiar no iban a ser menos. Este pequeño bocadillo, que nació hace 40 años, actualmente se cotiza a 3,40 euros (precio a junio de 2022).