Cuando le das el primer bocao te dan ganas de saltarte todas las normas de educación y buenas costumbres que aprendiste de chico, pasar del cuchillo y el tenedor y liarte con las chuletitas con las manos, porque están realmente exquisitas. Sólo llevan sal como único condimento. Son finas y pequeñas y están en un punto excepcional de cocción, por lo quedan muy jugosas. Chico Alanis, que es el gerente de Casa Chico, señala que las traen desde Morón de la firma El Descansillo. Son costillitas de lechazo de la Denominación Lechazo de Castilla y León. Al restaurante ya llegan incluso troceadas, una labor que realizan en El Descansillo y «nosotros lo que hacemos -señala Chico- es pasarlas por las brasas». Pero no solo las costillitas están para comerte 7 raciones, la guarnición no se queda atrás, especialmente unas papas arrugas que sirven incluso sin ninguna salsa para acompañar porque están tan buenas que no necesitan nada. Vienen desde La Rinconada. Como segunda guarnición un pisto de verduras casero, de esos con trozos generosos. Para acompañar pan blanco de  los hornos La Caballera o Nuestra Señora de la Encarnación de Gerena. La ración sale a 15,20 euros (precio a noviembre de 2022).