Las croquetas de Lobo Blanco
Tapa
Las croquetas de Lobo Blanco
Tapatólogo descubridor:
Población
Día de hallazgo
Descripción

Yo te diría que da lo mismo de lo que rellene el cocinero Adrián Sotillo sus croquetas porque su bechamel es tan estratosférica que casi no te deja fijarte en otra cosa. Pero es que, además de la bechamel, que es cremosa pero no líquida, con sabor propio, con profundidad, hay tropezones, en un caso de gambones al ajillo y en otro de cecina de vaca. El cocinero señala que su pasión por las croquetas, que comparte con el aquí presente, comenzó con su abuela, María Jesús Guzmán, que se las hacía cuando era pequeño y ella era también la cocinera de Casa Pepe, el bar de la familia de Adrián y que está situado a pocos metros de Lobo Blanco. Luego ha perfeccionado conocimientos croqueteros en El Corral del Indianu o en el Cenador de Amós, restaurantes con estrella Michelín en lo que ha estado. Adrián señala que una de las claves de sus croquetas, además de estar una hora haciendo la masa y de utilizar para ella leche fresca, es utilizar mantequilla clafiricada en la farsa, lo que permite luego que al freirse estén más untuosas. En el establecimiento las sirven por medias raciones a 7 euros (precio a marzo de 2024).

El plato ya no está en la carta del establecimiento.

La Sevilla más abechamelada

El cocinero Adrián Sotillo, autor de las croquetas de Lobo Blanco. Foto: Cosasdecome