Lugar de culto para los amantes del menudo, degustar los archiconocidos callos de ternera de Casa Capote en el Viso del Alcor resulta una experiencia gastronómica irrepetible. Bien cortados, abundantes hasta decir basta y con un salsa perfectamente equilibrada de sabor y depurada a lo largo de más de ochenta años, el menudo de Capote tiene identidad por sí mismo.
Siguiendo las directrices de la tradición menudística del Viso del Alcor, este plato creado por Ramón Guerrero en 1941 tan sólo llevar carne. Ni garbanzos, patatas o chorizo se atreven a hacerle sombra al protagonista absoluto de esta elaboración. El resultado final, un menudo con reminiscencias a los guisos caseros de antaño, de textura impecable y gusto exquisito. El pan de la panadería local de Quilín, junto al que lo sirven en formato tapa (dos euros) y ración (siete) resulta su complemento perfecto. También puede adquirirse en tarrinas de medio o un kilo (a seis euros y medio)