Restaurante con una cuidada decoración, obra de su también propietario y cocinero Manuel Llerena, arquitecto de profesión. El sitio se fundó en el año 2018 y el nombre se debe a que está en un paseo que tiene este mismo nombre.
El local llama la atención. Su comedor, donde no hay barra, tiene forma de tubo pero no se hace agobiante debido a la cuidadosa decoración con jardines verticales, madera y cerámica. La cocina está a la vista del público. Fuera una espectacular terraza con vistas al Guadalquivir y al casco antiguo de Sevilla.
En lo gastronómico se come a base de platos para compartir. La carta cambia a diario y tiene una veintena de platos. En cuanto al estilo estamos ante una cocina innovadora, con productos de cercanía y en la que se fusionan diversas culturas del Mediterráneo. Así los platos con productos locales llevan a menudo preparaciones al estilo árabe, italiano o griego. Carta de vinos también personal y postres cuidados. Admiten reservas.
Precio: Entre 40 y 50 euros por persona.
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