La Bodega La Mina abrió sus puertas en 1970, cuando Agapito Gómez padre emprendió esta aventura. Desde 1982 está al mando Agapito Gómez hijo, que en temporada de caracoles es quien llega a las 9 de la mañana para lavar y cocinar este plato tan especial.
Cada cuenco que nos sirven como tapa cuesta 3,20 y si queremos un plato, son 4,50 euros. Como no podía ser de otra manera, los caracoles de La Mina son únicos y buena prueba de ello es que usan una receta casera que mantienen en secreto con recelo. Lo único que Agapito nos ha querido confesar es que te dejan los dedos amarillos cuando los comes porque «llevan una mezcla única de especias y algo de colorante alimentario», y poco más.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Ciencias caldúas: El Colegio Oficial de Tapatólogos aprobó este término para denominar el estudio de los guisos de caracoles, evitando el termino caracolismo que más que a una ciencia podría recordar a un peinao de Estrellita Castro.