Carlos García, que llegó desde Cantabría, puso en marcha este establecimiento en el año 1963, en principio como despacho de vinos. A él le sustituiría su hijo Matías y, desde 1986, el hijo de Matías, José Carlos García de Cossío, que es el que le da su orientación actual, como verdadero templo de la cerveza.

El local es amplio cuenta con barra y mesas altas en la zona principal donde están los tiradores de cerveza, una quincena, a lo que hay que unir una amplia colección de cervezas tanto internacionales como locales. Además de la zona de barra cuentan con un patio interior y una terraza. El principal atractivo es la cerveza. La tradición del local es acompañarla con frutos secos, pero además cuentan con un amplio surtido de tapas con conservas, chacinas, quesos, algún aliño, algunos guisos, una amplia sección de montaditos y otra de sandwiches. No admiten reservas.