El local abrió sus puertas el 6 de febrero a manos del Grupo Spala, ahora llamado Lima Sorda, queriendo competir en el mercado de restaurantes más vanguardistas y salirse de aquello a lo que tradicionalmente tenía acostumbrada a su clientela. El mobiliario tiene una clara intención minimalista y moderna, pero siempre incorporando materiales como la madera y el estuco, combinado con bronce y herrería tradicional. Imposible ignorar los tanques de cerveza para que la caña salga como de la misma fábrica.

Para tapear o comer, cosas como la  ensaladilla de langostinos y bacalao, el risotto de boletus o el bacalao confitado con muselina de ajos negros. Para la sobremesa, copas y cócteles con estilo lounge.