Javier Blanco Romero y Gloria Mejias se hicieron cargo de un pequeño local en la calle Arroyo, frente a la iglesia de San José Obrero. El nombre viene de sus apellidos Romero y Mejías y porque esto le daba al establecimiento aire de bar clásico de la ciudad.

El sitio es pequeño. Tiene algunas mesas altas en el exterior y dentro, pequeña barra, desde la que se ve la pequeña cocina y algunas mesas, recuperadas de otro establecimiento. Las paredes están atestadas de carteles de Semana Santa, objetos cofrades y figuras. Algunas son de la colección de Javier, muy comprometido con este mundo y otras las han ido trayendo los clientes. Hay también una televisión que continuamente emite procesiones y actos cofrades. El local acoge también varias tertulias relacionadas con esta ámbito de la vida sevillana. En lo gastronómico se come a base de tapitas que se exponen en un papel blanco. Las más afamadas la ensaladilla, clásica, con zanahorias y atún, las papas aliñás, los chicharrones y un queso que traen de Castilblanco de los Arroyos, en la Sierra de Sevilla.

Interior de la bodeguita Romero y Mejias. Foto: Cosasdecome