Pedimos el «surtidito» que es como la selección española pero en frituras de bacalao. Lleva una tortillita esponjosa de bacalao, al estilo de las de camarones, pero más abuñolada, una croqueta de bacalao de las «antitropezónicas» es decir, que no lleva tropezones. La bechamel de las suaves y el sabor a bacalao presente y sutil y una pavía. Pero nos enamoramos pedidamente del cuarto elemento del cuarteto de cuatro, un taquito de bacalao frito, que se deshacia en láminas, que estaba perfecto de sal y de los que te comerías 300 kilos sin parar. La carne del pescado resulta muy jugosa y llama la atención el rubio de la fritura, de esos que te llevan a pensar en un aceite limpio. Para acompañar piquitos de Obando.
Nosotros lo pedimos en un surtido de cuatro frituras que sale a 8 euros, pero se puede pedir una ración de bacalao frito, sólo él, por 16 euros (precio a abril de 2019)
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Freiduría Artística Menor: Esta cienca tapatológica estudia las tapas de pescado frito, cuando se trata de “tajaitas”, daditos” y toda clase de trozos de pescado para diferenciarla de la freiduría artística mayor que es cuando se estudian piezas de pescado enteras. Este descubrimiento también puede ser estudiado por la ciencia del “Bacaladismo” que se dedica al estudio de los platos hechos con bacalao.