Obra cumbre del bizcochismo. La cosa tiene su tradición ya que el bizcocho de la panadería Torres se empezó a hacer en la década de los 70 del siglo XX. Los clientes los recogían en sus propios platos que llevaban hasta el obrador. Lo cuenta la propia Jerónima García, la que empezó a hacerlos (leer aquí la historia).
Y desde entonces hasta nuestros días. El producto se ha convertido en un clásico. Lo elaboran a diario y en varios tamaños. La base, huevo y harina de azúcar. Es de tacto muy suave, blandito como una almohada y de esos que te comes cuatro cuñas casi sin enterarte. Lo vendan al peso.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Meriondología. La meriondología también es llamada en algunos ámbitos postsiestimo ya que el fenómeno se produce, en muchas ocasiones tras un periodo de siesta. El acto meriendológico, vulgarmente conocido como merienda puede hacerse mediante galletosis (ingesta de galletas o pastas), bollimia (consumo de bollería) o dursesia (degustación de durses, versión andaluza del pastelito). También se incluye en esta ciencia el mantecaismo o estudio de los helados o “mantecao” como se le dice en algunas poblaciones.