Versión sobresaliente del aliño, con unas papas muy tiernas, casi mousse, que se deshacen en la boca. Llevan cebolleta, pequeños trozos de pimiento verde, cebolleta y perejil, nada más, no le hacen falta mayor embellecimiento.
Van bañadas con generosidad en aceite de oliva virgen extra «Nervaoliva» y llevan un ligero aliño de vinagre de Jerez. Se acompañan con pan y picos en una cesta. El primero que las hizo fue Antonio Casablanca Heras, hace 29 años, cuando tenían el restaurante Casablanca en la calle Zaragoza. Eduardo Lamet, el cocinero que las hace actualmente, señala «que mantenemos intacta la receta de Antonio y la clave está en aliñar las papas en caliente». La tapa sale a 3,50 euros (precio a enero de 2021)
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Papaliñología: No es una ciencia exacta, casi ronda con el arte y se dedica al estudio de las papas aliñás. Un tapatólogo no es un científico perfecto si no posee, al menos, 4 descubrimientos en esta ciencia.