La verdad es que las habitas «baby», estas pequeñitas, suelen combinar muy bien con el marisco y un ejemplo es este plato que ofrecen fuera de carta en Bernardo restaurante, un sitio de esos donde cuidan la materia prima y, además, saben sacarle partido sin necesidad de hacer grandes alardes en la cocina. Un ejemplo es este plato. Toni Araujo, gerente del establecimiento e hijo del cocinero Bernardo Araujo, que lo fundó en 1986, señala que para hacer el plato traen «longerones» como le dicen a las navajas en Huelva que saltean con unas habas fritas de las que vienen en conserva aderezadas con un poco de hierbabuena. La otra clave del plato, además de un poquito de ajo en láminas, está en el aceite que utilizan para el salteado, un virgen extra de aceituna manzanilla que envasa la almazara local Vega Oliva. El acompañamiento, también merece apunte aparte, unos panes tipo bollo del obrador San Francisco, también de Alcalá que sirven ligeramente tostado y aliñado con aceite. El plato, que elaboran desde hace un año, se cotiza a 18 euros (precio a junio de 2020). Con las habas también sirven un revuelto con chipirones.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Mariscodoncia, la ciencia que estudia lo que es el marisco. También se puede estudiar bajo la modalidad de la verduroflexia que se ocupa del etudio de las verduras.