Francisco Iñigo Rodriguez y Aurora Pérez Valiente pusieron en marcha el establecimiento en el año 1995. No tenían experiencia en hosteleria pero desde el principio el público les recibió con simpatía y el sitio se hizo popular. Ya está también en el restaurante la segunda generación de la familia con Tomás y Francisco Iñigo Pérez.
El sitio es amplio y todo está decorado con estilo rústico por la misma familia. En el salón principal, donde también está la barra, aperos de labranza, flores y recuerdos, mientras que en los dos patios situados al lado la decoración se basa en plantas.
En lo gastronómico una carta común para todo el espacio que combina tapas, raciones para compartir y platos. La carta la cambian dos veces al año, aunque suelen tener también un apartado de sugerencias con productos de temporada o las creaciones de cocina innovadora de Francisco Iñigo con las que han obtenido varios premios en rutas de la tapa locales.
La carta es variada y con precios moderados. Hay desde aliños y ensaladas a frituras y carnes de ternera, buey y cerdo ibérico que se hacen a la brasa y que son una de las especialidades del establecimiento.
En invierno también varias propuestas de guisos caseros. Los postres son propios y de platos tradicionales como la poleá. Ofrecen también celebraciones y son muy conocidos sus desayunos. Admiten reservas.
Precio: Entre 10 y 20 euros por persona
La poleá, las berenjenas fritas, la carne ibérica.
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