Casimiro Iglesias, un gallego de la zona de La Guardia, puso en marcha en el año 1945 una tasca con el nombre de Casa Casimiro. Al principio lo que tenían era vino y alguna tapa más como los caracoles. A él le siguió su hijo Fernando, que se hizo cargo del local a mediados de los años 90. El sería el que daría la personalidad actual al establecimiento. Desde el 19 de junio de 2018 la gerencia está a cargo de Isidro Baeza, que ya llevaba trabajando como encargado del establecimiento 20 años, ya que entró a trabajar en la casa cuando apenas tenía 16 años.

El local tiene encanto, sobre todo en el salón principal del establecimiento donde hay mesas y barra. Allí las paredes están llenas de fotos, a las que Casimiro era muy aficionado y también una impresionante colección de radios antiguas que ha ido coleccionando Fernando Iglesias. A ello se une un segundo salón decorado de forma más funcional y una amplia terraza que suele estar muy concurrida. En todo el espacio hay la misma carta a base de tapas medias y raciones. La propuesta es amplia y a ello unen los fines de semana otro apartado de sugerencias. La especialidad de la casa es el pulpo, dado el origen gallego del propietario a lo que también hay que unir la empanada, que hacen de atún o los mariscos que traen desde allí. El sitio se ha hecho muy conocido por otras dos tapas, los calabacines fritos, con un original rebozado y las papas arrugás con un mojo que preparan ellos mismos. El un bar de esos buenos y baratos donde todas las tapas están buenas. No admiten reservas.

Precio: Menos de 1o euros

En el interior del bar exponen una colección de radios antiguas. Foto: Cosasdecome

La terraza del bar Casa Casimiro. Foto: Cosasdecome