Lo primero que te llama la atención son el tamaño de los ejemplares. De hecho 6 ejemplares pesaron 340 gramos. Las cañaillas vienen muy bien presentadas. Van en un plato con el bicho ya medio fuera de su concha, con un par de rodajas de limón enmedio donde van pinchados unos palillos para comerse el marisco. Pero además, por la parte de abajo de la concha le hacen otro boquete para poder comerse toda la carne. Raúl Alvarez, el jefe de cocina del establecimiento señalan que las cuecen metiéndolas aún vivas en el agua caliente para que así salga el bicho. Luego las dejan enfriar y ya cuando se van a servir al cliente se meten en una salmuera, se les hace el boquete por la parte de abajo y se deja el bicho ya casi fuera de la concha para que sean fáciles de comer. Las venden por peso y el kilo, el día que fuimos estaba a 90 euros (la ración de 340 gramos salió a 30,60 euros.