Carmen Muñoz señala: Es una experiencia visitar este establecimiento, al que casi se puede definir como museo. El lugar es maravilloso y la decoración y sus muebles restaurados por ellos mismos, son dignos de admirar.
En cuanto a la gastronomía, solo puedo comentar sus dulces aunque el resto de viandas, a bien seguro, son tan exquisitos aquellos.
Pedimos una galleta con pepitas de chocolate, tarta de la abuela y de queso y dulces típicos marroquíes.
Puedo asegurar que jamás he probado nada igual, todo espectacular, pero mención especial mereces los pasteles marroquíes.
Se nota cuando las cosas se hacen con pasión y con la experiencia de grandes profesionales.
Bravo por estos emprendedores y por lo que han creado!