Las tostadas de las ventas de carreteras son, salvo raras excepciones, un valor seguro. Suelen prepararse con pan del de verdad, y para ponerle por lo alto es frecuente ver cuencos de barro con pringue y el cuchillo clavado, listo para enfoscar como si de un albañil currando se tratase.

La Venta La Salina, en Las Cabezas, cumple con todos los requisitos para ser considerada un templo desayunístico, y lo hace por una razón principal: preparan ellos mismos una manteca colorá con lomo de lágrima. Trabajan varios panes, como la rebaná, el mollete, el bollo y el pan integral, y lo más demandado, aparte de la colorá, es la zurrapa blanca, la de hígado y el salmorejo. Cada día salen de su barra unas 150 unidades, lo que arroja un dato anual escalofriante: 50.000 tostadas por temporada, cuenta Rafael Cano, hijo de Antonio, fundador de esta casa.

El descubrimiento pertenece a la ciencia de:

Desayunística. La desayunística es la Ciencia de la Tapatología que estudia los desayunos en todas sus vertientes. También se podría asignar a la ciencia del bocadillismo, que estudia todo tipo de cosas metías en pan…sin pasarse.

Rafael Cano, con la preciada tostada en sus manos. Foto: Cosas de Comé