José María Pérez Pineda fundó el establecimiento en el año 1947, aunque previamente existía en el local una bodeega. Ahora es su nieto José María Pérez Reguera el que regenta la empresa.
El local tiene encanto, ocupa los bajos de una casa con amplios soportales en la barriada de La Pañoleta, situada al pie de un nudo de carreteras. El sitio tiene una barra muy larga y con mucho encanto. Adornada con azulejos, tiene detrás botas de vino. Es famoso su moscatel de pasas y la mistela, un vino dulce. Muchos habituales solicitan el «ligaito» una mezcla de mistela y vino tipo solera. En las paredes, escritas a tiza, se anuncian las tapas. Al lado de la barra, y separada por unas rejas, un salón con mesas de madera y sillas de tijera, como las de las ferias. A esto hay que unir una terraza con la misma estética. El local funciona con autoservicio, no hay camareros que te lleven las bebidas y las tapas a la mesa. Para acompañar los vinos, a lo que unen también mosto en temporada, unas famosas papas aliñás, además de chacinas, servidas en papel parafinado y algunos mariscos como gambas cocidas o patas que sirven al peso y también en papel. No hacen reservas.
Desde el año 2012 cuentan con un segundo establecimiento, con una oferta muy parecida y también pescado frito, en Mairena del Aljarafe (aquí más info).
las papas aliñás, las gambas cocidas, las patas rusas
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