Luis Caraballo señala:
Mi última visita:
Empezamos con ensaladilla de pulpo con huevas de tobiko y aroma de Lima, correcta y buena.
Aunque nada sorprendente.
Luego pasamos a sus croquetas, bien presentada, en su puente romano, la de setas mucho más sabrosa y buenas que las de puchero.
Ambas buenas.
Pasamos a Cous-cus nazari con chutney de melocotony dátiles, plato con bastantes sabores, bien especificado.
Correcto.
También pedimos sus tallarines de chocos, un corte al largo, sacando tiras largas, original.
Producto y sabor.
Las dos últimas opciones, las mejores de toda la velada.
Primero fue el arroz negro negro con bacalao frito, el arroz estaba es su punto y con mucho sabor y el bacalao con su puntito de sal, le da el toque genial al plato.
Muy bueno, un plato espectacular.
Por último, apostamos a caballo ganador, nos decantamos por su T-bone, un corte genial con sabores dispares, que hace que sea un bocado genial.
Tanto el solomillo como el entrecot, servidos al punto y con sabor a brazas.
Producto y buen trato.
De postres pedimos.
Torrija caramelizada con toffe y helado de pestiños.
El que más nos gusto, aunque esperábamos, más potencia.
Donuts a la brasa con helado de caramelo salado y Nocilla de pistachos.
Teníamos muchas espectativas puestas en el y no las cumplió, sólo bueno.
Coulant de chocolate y helado de caramelo salado.
El que menos nos gustó, muy plano y sencillo.
El servicio bueno y atento.
Pero hay detalles que te dan o te quitan y en esta ocasión Quito y bastante.
Un abuso, el cobrar por un tarro de Ali oli extra, para acompañar al arroz negro, la cantidad de 3.5 euros.
No lo veo lógico, hay que limar esos detalles.
Lugar recomendable, aunque recomiendo ir mínimo cuatro personas, para poder degustar más platos.
Por qué los platos son abundantes y grandes.