José María Romero Parejo señala: En el barrio de Sevilla Este, concretamente en la esquina de la calle Japón con Pakistán se encuentra el Bar La Ola, sitio que descubrí este fin de semana casi por casualidad.
La Ola es un bar de barrio recién reformado, al entrar se ve la barra al fondo y a su derecha un mueble de cocina vintage que me recordó al que tenía mi abuela, ya me estaba gustando y aún no había pedido. El ambiente es alegre, cercano. Carlos es el propietario, está detrás de la barra y llama a todos los clientes por su nombre pero no solo con eso, la mayoría pasa por saludar a Pili, su mujer que se encuentra en la cocina, que por cierto hace unos postres que bien merecen una cata en exclusiva. Todo eso me hizo entrar con mis amigos y fue una muy buena decisión.
Al sentarnos nos pusimos en manos de Carlos, nos aconsejó para el centro, entre otras cosas un plato de Massaman de curry verde, David es el cocinero a quien tuve el placer de conocer al terminar de comer. Lo presenta en un plato alargado donde está el arroz como si fuera hecho a la cubana, y sobre ese plato viene una fuente que contiene toda la esencia, entra por los ojos con un espectáculo de color, un tono amarillo intenso que deja ver las verduras que trae.
El olor a curry, a verde… entra por la nariz dando ganas de mezclarlo todo y empezar a comer antes de que se enfríe. Según acercas la cuchara se empieza a saborear por el olfato, para luego comprobar que en boca tiene un sabor intenso y diferente, siendo una sorpresa la mezcla de sabores suaves al principio e intensos al final, según se va saboreando!!!.
Pero vamos a la parte del día que más nos gustó, Carlos en su recomendación nos aconsejó como plato principal un T-Bone de ternera. Antes de prepararlo nos trajo la pieza para verla, cosa que nos sorprendió. El T-Bone es la unión del lomo bajo y solomillo en una sola chuleta.
Al colocarlo en el centro de la mesa hace que el resto de los comensales cercanos se giren con disimulo para ver ese espectáculo, Carlos lo sirve en una bandeja de pizarra negra, la carne viene trinchada manteniendo la forma del filete que nos mostró al principio. En el centro de todas las piezas se ve ese color rojo intenso que sirve de señal inequívoca de estar en su punto. Los trozos se deshacen en la boca, tiene un sabor intenso, jugoso, un tacto firme y tierno a su vez, se nota que la carne es fresca… Al saborearla se puede sentir como la parte exterior del filete, la que esta mas tostada da la sensación de crujiente, y como según se “mastica” o mejor dicho se deshace, se aprecian los sabores intensos del solomillo y la chuleta juntos.
Sabe a carne, a buena carne bien preparada…. creo que no necesita más presentación.
También quiero mostrar aquí a modo de reflexión personal y que tras en una breve conversación con Pepe Monforte, vemos como los “Bares de Barrio” (Los BB), están evolucionando e innovando de tal manera que ofrecen a los clientes de toda la vida sabores y platos nuevos, que nos hacen redescubrir nuestro bar habitual una y otra vez sin perder su esencia…. Gracias por ello a todos los BB y me gustaría poder seguir visitándolos, escribiendo y haciendo ese homenaje que se merecen, pues no solo saben hacer buena comida los restaurantes con estrellas Michelin, a los que se pueden visitar en muy pocas ocasiones.
El tapatólogo acompaña su informe con la foto de arriba.