Hay quienes dicen que es un plato rancio, antiguo, viejuno, pero para servidor es algo radicalmente distinto: entrañable, mítico, todo un sinónimo de fiesta. Hoy hablamos del cóctel de marisco del restaurante La Montanera, un templo del buen comer que, posiblemente, no tiene rival en el barrio de Los Remedios. Su propietario, Jesús Alonso, zamorano de nacimiento, lo abrió hace ya 34 años, y desde entonces, tanto sus hijos como sus longevos empleados han sabido ganarse a una clientela fiel como pocas.
Lechuga en fina juliana y el punto justo de salsa, nada empalagoso, bien despachado de tropezones de gambas, pescado y piña. Se nota que llevan toda la vida haciéndolo, y es raro no verlo en prácticamente todas las mesas del restaurante. Su precio, 15 euros (precio a mayo de 2018), invita a compartir la ración entre varias personas. Manejan con prodigio otros menesteres, como el steak tartar, que hacen con solomillo de ternera, o la presa ibérica, que es sublime.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Arqueotapatología: Ciencia tapatológica que se ocupa del estudio de las tapas en peligro de extinción como es el caso del coctel de marisco. En este caso cabe resaltar, además, que lleva piña, otra características aún más rara de encontrar hoy en día. ¿Quiere saber más de la arqueotapatología) pulse aquí.
Salsarosismo cremosante: Esta tapa también debe estudiarse bajo la disciplina de una ciencia poco vista pero muy interesante como es el salsarosismo cremosante, un área de saber que se ocupa de todos aquellos platos en los que interviene la salsa rosa.