Cuando entras en el establecimiento y te acercas a la barra aparece expuesta sobre un pedestal, rubita, insinuante, con sus papas diciéndote cómeme. Me pedí un bocadillo. Me dijeron si media o entera…yo dije entera…aquello no era para andarse con medias tintas. Me hicieron una segunda pregunta: Alioli, mojo, mayonesa o salsa al whisky. Mi cabeza diojo alioli y fue alioli. Pasaron un minuto y algo…no sé, tampoco sé exactamente cuanto. Llegó el descafeinado de máquina con leche y junto a él, un bollo de Alcalá tostaito y por cuyos laterales se dejaban ver trozos de tortilla. El alioli venía ya puesto, discreto, sin desparramarse, para no quitarle protagonismo a la estrella, pero si adornarla en su belleza. Primer bocao. Jugosa, a pesar de su notable tamaño que lo hace entrar en el reino de los tortillones. Punto justo de sal, patata tierna y sin cebolla, el alioli elaborado por ellos mismos, muy suave. La «entera» cae antes de que el café se enfrie, con la rapidez con la que caen los grandes bocadillos. La obra es del equipo de Paco González Pliego, el gerente del mesón La Red. Sus padres se hicieron cargo de este bar de polígono allá por al año 2012 y desde entonces la clientela y la tortilla no ha dejado de crecer hasta alcanzar los ocho kilos de peso y los 30 huevos que lleva la que hacen actualmente. Paco señala que la tortilla, que empezó a hacer su padre, del mismo nombre que él, está jugosa «porque le ponemos un poquito de leche sin lactosa para que no se haga pesada». Suele salir a las seis y media de la mañana y suele agotarse en el desayuno por lo que es mejor ir pronto a probarla. El bocadillo de tortilla, que también sirven en mollete, además del pan de bollo, o en pan integral, sale a 3,60 euros con el café incluido (precio a marzo de 2024).

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Paco González Pliego y su padre con el tortillón de la casa. Foto: Cosasdecome