Obra maestra en el campo de los palos de nata. El relleno sutil, con una nata ligera, con el punto justo de azúcar, nada empalogoso y luego la cobertura que envuelve la nata ligeramente hojaldrada, con su punto crujiente. Es una de las especialidades más renombradas del obrador Alján, situado en la barriada de Rochelambert, en la ciudad de Sevilla, todo un descubrimiento ya que el expositor de dulces que ofrecen es de gran aplauso. La nata es la especialidad de la casa y es de las de verdad, elaborada a partir de leche de vaca. Mezclan varios tipos de natas frescas, de diversos porcentaje de grasa para lograr así la textura que desean. José Javier Pérez Prieto, que junto a su hermana Arantxa, gestionan actualmente el obrador, señala que en el establecimiento se sigue al dedillo la receta de su padre, Arturo Alján, un gallego de Vigo que fundó el establecimiento allá por 1973. La nata, al igual que los dulces se hace a diario «ya que al no utilizar ningún aditamento la nata se viene abajo enseguida con lo que es fundamental que esté fresca». La unidad sale a 1,50 euros (precio a junio de 2020) y, además, si quieres, te llevan los dulces a casa. Ya puestos no te pierdas tampoco el dulce de yema tostada, una especie de tarta de San Marcos o un borracho que tienen también relleno con nata.
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Meriondología. La meriondología también es llamada en algunos ámbitos postsiestimo ya que el fenómeno se produce, en muchas ocasiones tras un periodo de siesta. El acto meriendológico, vulgarmente conocido como merienda puede hacerse mediante galletosis (ingesta de galletas o pastas), bollimia (consumo de bollería) o dursesia (degustación de durses, versión andaluza del pastelito). También se incluye en esta ciencia el mantecaismo o estudio de los helados o “mantecao” como se le dice en algunas poblaciones.