Original ensaladilla cuya característica principal es como no lleva papas que se sustituyen por unos calabacines en un punto magistral de cochura. Sin duda alguna la clave de esta original amayonesada está en el punto que le da a la verdura el cocinero Marcos Valcárcel, un maestro en el género verde. Así los calabacines se sirven «al dente». El cocinero solo utiliza la parte exterior y desecha el centro de esta verdura «porque tiene mucha agua y se queda blanda y no es la textura que nos interesa». Para lograr esta ligera resistencia al morder la verdura, Marcos cuece el calabacín unos 30 segundos en agua hirviendo y a continuación los echa en agua con hielo para detener el proceso. Luego, a la hora de servir el plato, añade tacos de huevo duro, en trozos generosos y trozos, también generosos de langostinos pelados. El punto final está en una mayonesa casera que le ponen por encima y realizada con huevo pasterizado. El toque de color le llega con unas especias espolvoreadas por lo alto. Para acompañar picos liaos de la firma Marchapán de Utrera que «panidan», también crujientes, a la perfección con el plato. El cocinero señala que introdujo esta plato en carta hace un año y que se ha convertido en una de sus estrellas. La media ración sale a 7 euros (precio a junio de 2020)
El descubrimiento pertenece a la ciencia de:
Ensaladillismo: Ciencia tapatológica dedicada al estudio (y disfrute) de la ensaladilla en todas sus manifestaciones amayonesadas. Si quiere saber más sobre esta ciencia pulse aquí.