El hostelero Enrique Meléndez, titulado por la escuela de hostelería Gambrinus de Sevilla, quería tener un recuerdo para su abuela cuando puso en marcha su tabanco en el centro de Sevilla allá por abril de 2021, así que pensó que la mejor manera de hacerlo era meter sus croquetas, las que recordaba de su niñez, en la carta de su establecimiento. Y ahí están, bien destacadas en negrita: las croquetas de la abuela Chari, en honor de Charo Ceballos. El equipo de Enrique elabora un buen puchero en el que no falta el jarrete de ternera, el pollo, los huesos de espinazo, el de jamón y un poquito de carne de cabeza de lomo. Todo se quita y se mezcla con una bechamel que en vez de hacerse con leche se elabora con el caldo del puchero como líquido. Sin embargo, Enrique logra que queden cremosas gracias a la mantequilla en la que refrie lentamente la cebolla que también llevan las ovoides. El toque final de su abuela, que reproduce Meléndez, es ponerle a la masa un poquito de hierbabuena. El resultado son unas croquetas cremosas, pero que mantienen la esencia del sabor a carne del puchero y de los tropezones. La ración, con seis unidades, sale a 9 euros (precio a noviembre de 2023). Para acompañar unos piquitos de Picolé.