Tres cosas bien hechas cuando se arrejuntan son como el Paraiso…pero metio en tomate. En lo alto un huevo, con un poquitín de puntilla y la yema en estado semiliquido cremoso (etado casi perfecto de la materia). Debajo unas papas fritas estilo bastón de esas un poquito crujientes y envolviéndolo todo un tomate frito espectacular. El trabajo para el pan que ponen, que se lo compran a la firma de panadería Berlys, es imponente. La obra atomatada es del cocinero Jesús Rosales a los que sus tios Esteban Rosales y Beli Santos le enseñaron todos los secretos del recetario de Casa Esteban, entre ellos este plato que se lleva haciendo, calculan, desde el año 1998. La fritada de tomate, se lleva más de cuatro horas al fuego. Lleva, además de tomates, cebolla y pimiento verde, y un toque de azúcar para quitarle la acidez. El sabor del tomate es intenso y de gran valor tapatológico, una obra maestra de las Ciencias del Tomate. Se puede tomar en cazuela, que sale a 3,5 euros  (precio a enero de 2020) y también la sirven en el restaurante. La diferencia está en que en el restaurante utilizan patatas partidas a rodajas finas.  Un último detalle de sibaritismo, las papas, del tipo «agria», que es muy buena para freir, la traen de Galicia.

El descubrimiento pertenece a la ciencia de:

Ciencias del tomate. Disciplina científica de la tapatológia que se ocupa de todos aquellos platos en los que aparece el tomate como protagonista.

El cocinero Jesús Rosales, junto a Macarena González Abad, otra de las profesionales de su equipo. Foto: Cosasdecome