El principal atractivo de esta tapa es la jugosidad de los trozos de carne. Se trata de cochinillo que traen desde Extremadura o de Segovia. Son trozos pequeños que incluyen incluso huesos y la piel. La clave, según explica Lucía Blanco Martín, la gerente del establecimiento está en que los trozos de carne se someten a un doble proceso de calentamiento. Primero se hacen durante más de una hora a horno bajo con lo cual las piezas quedan tiernas y luego, cuando ya se sirven al cliente, los trozos se frien para que queden crujientes por fuera. El resultado es una carne muy jugosa y fácil de comer. En el establecimiento tan sólo la condimentan con sal y le ponen como guarnición unas patatas paja. Es uno de los clásicos del restaurante y una de las tapas que están desde que los padres de Lucía, Charo Martín y Pepe Blanco, pusieran en marcha el establecimiento. El plato se basa precisamente en un plato típico extremeño de donde era natural Pepe Blanco, aunque allí la carne se mete en un adobo. La tapa sale a 3,90 euros (precio a octubre de 2021).