Papas bravas con muchísima personalidad. El primer aspecto a destacar son las propias papas. Cortadas en tacos generosos, muchos de ellos no te los puedes comer de un bocao. Llevan una doble fritura, primero a fuego lento y después ya fuerte para que se pongan crujientes por fuera. Luego la segunda cuestión es su personalísima salsa brava. Solo llevan una, de color naranja llamativo. Su sabor es de los que no gusta a todo el mundo ya que el comino tiene una especial presencia. Para los que somos de este condimento resultan de lo más atractivas. Se sirven calientes…la nuestra incluso quemaba. La tapa es, junto a los pinchitos de cordero, la gran protagonista de este conocido bar de Triana. Antonio Ponce, camarero del establecimiento desde hace 28 años, señala que están en la carta desde que abrió allá por 1970. La receta que emplean, que lleva una mezcla de cuatro especias, es de Abraham Benhamd, de Melilla y que fundó el establecimiento. Abraham está ya jubilado pero sigue supervisando la elaboración de la salsa. Antonio Ponce señala que lo típico es que la gente «pida a la vez la tapa de bravas y la de pinchitos, que se acompañan muy bien».
Antonio Ponce, camarero, con las papas bravas y los pinchitos. Foto: Cosasdecome