Jugosos, de tamaño pequeño, sin que llame la atención ninguna especia. Antonio León, el artesano chicharronero que elabora esta obra maestra de la fritura carnívora, señala que la clave está en el aliño en el que deja la carne antes de freirla en una mezcla de manteca blanca y ajos. Antonio señala que esta mezcla «es secreta». Lo cierto es que le da mucha personalidad al producto. León los elabora a diario en su puesto del mercado de Las Palmeritas. Los hace además de cara al público. Utilizan papada de cerdo blanco y destaca que un sábado, el día de más ventas, puede llegar a freir hasta 300 kilos de papada. Lo suyo es comérselos calentitos, pero fríos están también de lo más apetecibles. Los venden en paquetes de cuarto, medio y kilo, aunque se puede comprar una tapita por 1,5 euros (precio a marzo de 2024).