El bar abrió sus puertas el 31 de octubre de 1979 de la mano del hostelero Enrique Becerra Gómez un profesional muy reconocido en Andalucia y un profundo conocedor de la gastronomía del Sur sobre la que ha abierto varios libros. En marzo de 2020 su propietario anunció su cierre al no poder continuar al frente del establecimiento por problemas de salud. Toda la historia del establecimiento, aquí.
El restaurante, un sitio con encanto, se ubica en dos plantas de dos fincas construidas en el siglo XVII y posteriormente restauradas. En la planta baja hay una pequeña barra con contrabarra y un salón con mesas, con cierto aire de mesón y decorado con cuadros alusivos a la ciudad. Por una escalera se accede a un comedor en la primera planta, también de las mismas características y el mismo encanto. En la planta baja se puede tapear o comer de platos. En las mesas sirven tapas en horario de almuerzos y de lunes a viernes. Los fines de semana tanto en este comedor como en el de la planta superior tan sólo se puede comer a base de platos, limitándose el tapeo a la barra. En cuanto a las especialidades cocina tradicional bien ejecutada con platos de cuchara como principales protagonistas. La carta de vinos tiene abundante presencia de Jereces, unos vinos por los que Becerra siente gran admiración. Postres propios. Admiten reservas. Aquí los platos más famosos del restaurante.
El menudo, las papas aliñás, la carrillada, los riñones al Jerez
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