José María Romero Parejo señala: Al pasear por la Avda. de Finlandia vemos gran cantidad de bares y restaurantes repletos de gente y entre ellos hay un pequeño local (por poco tiempo, pues se mudan a la calle de atrás). Tiene una decoración sencilla pero siempre está lleno, es más, las reservas hay que cogerlas con antelación y todo para comer una hamburguesa!!!????….
Pues sí, todo para comer una hamburguesa y mancharte las manos al hacerlo.

Las burgers están elaboradas con mucho cariño por parte de su Chef Juan Higueras y eso se nota en su acabado final.

Tiene varias hamburguesas, que van de la conocida y famosa en redes sociales Game Over Burger, la cual es un rascacielos enorme para los más comilones, prometo un día intentar poder escalarlo, a las del menú infantil.

Pero esta vez nos vamos a centrar en la STREET BURGUER, está elaborada con 220gr de carne rubia gallega con 60 días de maduración, pero no le basta con eso a nuestro Chef, que le mete carne de costilla de cerdo, con mucho queso cheddar, además no podía faltar la unión de dos salsas la FoodPorn y la BBQ.

Nada más tenerla delante y ver el pan brioche con el que te la sirven, hecho por cierto en una panadería de Coria del Rio, que puedes aplastar tantas veces quieras que siempre vuelve a su estado original, ese queso derretido que cubre todos los ingredientes del interior da un color intenso y hace que de pena morderla y no estropear el espectáculo, pero a la vez, unas ganas enormes de cogerla, llenarte las manos e hincarle el diente.

Al darle el primer bocado lo primero que se aprecia es la suavidad del pan, pero lo principal es la intensidad de la carne de costilla que se deshace en la boca, que al mezclarse con la carne de ternera te dejan una explosión de sabores que sorprendentemente no se mezclan, se aprecia cuando estás saboreando la costilla o la ternera. El queso cheddar remata la faena dándole un sabor potente y sabroso junto a la combinación de ambas salsas.

La verdad es que te quedas con ganas de repetir y esa «hamburguesa» que se le daba a los niños para que comieran y salir del paso, se convierte gracias a este tipo de restaurantes en un bocado que para los paladares «carnistas» más exquisitos sea un plato de obligada cata.

El tapatólogo acompaña su informe con la foto de arriba.